Almacenar información en dispositivos electrónicos contribuye a la creatividad mental.
El depender dispositivos electrónicos podría no ser tan negativo como se pensaba inicialmente.
La facilidad de tener nuestros datos personales en nuestro teléfono ha llevado a varios usuarios a desarrollar lo que se conoce como “Amnesia Digital”, que impide recordar la gran mayoría de la información personal por la confianza que generan las nuevas tecnologías.
Sin embargo, esto podría tener un beneficio significativo para la población, ya que el descargar esta información contribuye a evitar la sobrecarga de datos que reduce la capacidad creativa.
Esto se descubrió en un estudio realizado por Kapersky Lab, que confirmo que utilizar smartphones, tabletas y ordenadores portátiles como depósitos de los recuerdos cotidianos puede ayudar a liberar la inspiración.
Un 47 por ciento de los encuestados aseguraron que cuantos más detalles en la mente tienen que recordar, menos creativos son. Por otro lado, el 75 por ciento considera que merece la pena mantener todos esos detalles en la mente porque contienen las bases para una futura idea creativa.
La mayor parte de los empleados resuelven esta aparente contradicción utilizando sus dispositivos como una memoria externa complementaria a largo plazo.
De esta manera, la “Amnesia Digital” les permite a los profesionales en las empresas liberar espacio mental para aumentar la creatividad, al mismo tiempo que les permite desarrollar un banco externo y digital de datos que impulsen una inspiración posterior.
Un 67 por ciento de los participantes coincidieron en que un beneficios adicional de la Amnesia Digital para las empresas es que la inteligencia almacenada digitalmente puede ser compartida fácilmente y de manera precisa con otros, para mejorar la reflexión colaborativa.
Esto impulsa la innovación empresarial, convirtiendo las ideas creativas en otras o trabajando en la mejora de productos y servicios.
Uno de los aspectos más significativos del estudio es que el factor de la pereza no es lo que produce una fuerte dependencia de los dispositivos para recordar. Solo un 45 por ciento considera que no tiene sentido perder energía intentando recordar cosas si existen dispositivos que lo hacen por ellos.
Fuente: Merca2.0